SELVA VARGAS
NEL MIRINO
Una noche senté a la
Belleza en mis rodillas.
– Y la encontré amarga. – Y la injurié.
Una
temporada en el infierno, Arthur Rimbaud
Ya no veo cómo salvarme pueda.
Llevo sentada al borde de un abismo
Cerca de 540 años y una hora.
Ya estoy cansada de pensar
Cómo esta ave fénix de doradas plumas
Pasa por encima de mí con olvido sofocante.
Por qué huye mientras me detengo a contemplar sus diminutos ojos.
540 en la mira, enseño a la larga noche
Nuevos nombres y cantares
Y algunos pocos seres
En las ondas de la oscuridad me escuchan
Cuando ocultan en un inmenso pulmón de hombre
Aires que los dirijan en su recorrido en barco.
Toman el camino largo y frondoso
Acompañados de una pequeñísima luz azul violeta.
540 años me buscan y en una hora me encontrarán
Dormida en el abismo hasta que mi cuerpo caiga
Y se va perdiendo un alma
Mientras otras viajan y gritan
Y ya no soy una mujer
Soy una flor, un viento tenue,
Una suave caricia
Que no puede ser alcanzada
Por una espesa flecha de combate.
La poesía me ha salvado
De las garras de un monstruo enorme
Ha recibido, por tanto,
Un alma en esta oportunidad
Y una voz desnuda
Que canta contemplando la luz del cielo.
Regresamos a ese cuarto maldito
Con la arena, la sal y la sangre
A escuchar los rugidos del mar cuando enloquece
Sin ninguna ventana por donde lanzar un grito
de ayuda.
Entonces entregamos esos lamentos
Al gato penoso de lengua chiquita
Que también merece una pequeña muerte
Sin los maullidos de medianoche.
Olvidamos los pasajes y moradas
Donde se ocultan las sombras de la luna.
Nos disfrazamos de esperanza, de agua dulce,
De absenta, del mismo mar, de hierba prometida.
Estamos dentro de ese mantra.
Fumamos esas palabras altas,
Esos milagros de crema espesa
Mientras nos hundimos en aguaceros de fuego.
CANTO QUE SE DICE DESPACIO
Me
sujeto al vórtice, Pablo
No
lo dejo ir.
Lo
escondo en el bolsillo derecho
Pequeño
y lo introduzco.
Así
nada me lo quita
Nada
se lo lleva, Pablo.
Yo
lo sujeto mientras se deshace
Y
recojo los pedazos
Para
el recuerdo póstumo.
Ya
debo estar cerca de perderlo
Y
tengo miedo, mucho miedo
Pero
yo peso veinticinco kilos
Me
sobra sitio para guardarlo
Muy
pegado a las venas.
Me
visto de ese vórtice
Y
el miedo, miedo, miedo
No
me detiene
No
lo dejo ir.
¿Es
por eso que me lo preguntas?
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